La Historia De Craig

Reflexiones en cuanto a ser criado en la Watchtower  

14 de agosto de 2000

Mi nombre es Craig y vivo en Inglaterra, aunque soy original de Escocia, cerca de Glasgow.  Tengo 31 años de edad, me crié desde muy joven como testigo de Jehová.  He estado casado durante 10 años con la joven que conocí en “la verdad”.  Tenemos tres niños encantadores, y el conocimiento que ellos nunca tendrán la educación que tuvimos nosotros, esto me llena de tal placer y esperanza para ellos en el futuro.  Parece absolutamente irónico que utilice ese término ahora: la verdad.  Si hay una cosa que los testigos de Jehová no tienen es “la verdad”.  Mentiras, engaños, murmuración, egoísmo, rencor, reglas insignificantes, destrucción familiar, lavado de cerebro y cualquier otra cosa que despoja la habilidad humana de pensar por sí mismo; sí, pero la verdad: ¡absolutamente no!  Igualmente estoy asumiendo que ha estas alturas usted por lo menos tendrá un conocimiento general de cómo los testigos de Jehová se comportan, o si al igual que yo es un anterior testigo de Jehová entonces probablemente sabe cómo me siento. 

Primeramente debo enfatizar que no me opongo en lo absoluto al derecho de cualquiera tener sus propias creencias y opiniones; pero cuando la práctica del mismo, causa angustia mental directamente a familiares y amigos entonces es tiempo de investigar y exponer tales prácticas.  Las personas que se les denominan como anteriores testigos de Jehová a menudo se les percibe como individuos amargados, torcidos y con intereses personales.  Aunque esto en algunos casos sin dudas es verdad (pero siempre hay  algún monto de justificación), he encontrado que en su mayoría se trata de hombres y mujeres razonables, decentes que no han hecho otra cosa sino expresar una opinión divergente respecto a la Sociedad Watchtower.  En otros casos las personas simplemente han cedido ante la imperfección humana ordinaria y no han demostrado suficiente remordimiento que complazca los ancianos locales.  Son seguidos por una expulsión y posteriormente son rechazados para siempre por los testigos de todo el mundo que son leales.  Es este trato degradante e inhumano hacia mis compañeros es la motivación por el cual escribo esta historia.  No se trata de un simple “¡mire lo que ellos me hicieron!”  Esta práctica diabólica de rehuir debe exponerse tal como es y DETENERLA.

Éste es el punto dónde está mi vida ahora. Siendo uno de los muchos centenares de miles (¿o posiblemente millones?) de personas quiénes estamos clasificados como anteriores testigos de Jehová.  En el último año he llegado a comprender que la religión donde que me crié continuará teniendo un efecto en mí hasta el resto de mis días.  No hay manera de escaparme.  Leí y escuché con creciente enfado cómo los cultos (y eso es todo lo que ellos son) manipulan y destruyen las vidas ordinarias y personas fundamentalmente decentes alrededor del mundo.  He visto hombres y mujeres inteligentes y versados quienes hubiesen tenido una buena profesión y vidas maravillosas perderla por seguir la religión de Watchtower.  Recientemente un amigo mío con quien asistí a la escuela me comentó cómo le fasciné en mis últimos años en la escuela secundaria.  Con una arrogancia benévola de pertenecer a una religión que “tenía lo correcto”.  Los lazos familiares se rompen sin pensarlo ni un segundo ya que se supone que quién toma esa acción está obedeciendo al creador del Universo gracias a las instrucciones de sus representantes terrenales.

Ésta es la paradoja a la cual se enfrenta cualquiera que tenga amigos y familiares en la organización Watchtower; No es hasta que ellos se hayan salido que podrán ver la falacia en ella.  Pero, hasta que ellos no hayan visto la falacia no podrán salirse.  Es un círculo vicioso.  Los testigos de Jehová están tan convencidos que su propia doctrina tiene la exactitud y divinidad,  de manera que ellos no pueden tolerar ninguna otra opinión.  Por eso aquellos dentro de la Watchtower le rehuyen en su mayoría a sus familiares con la esperanza que al evadirlo esto traerá sus familiares que no son testigos a “la verdad”.  Pero, éstos desprovistos, contemplan en frustración incesante como sus queridos familiares consagran todas su energías a una mentira.  Usualmente necesita un cambio drástico en las circunstancias de la vida, que causen que un testigo de Jehová caiga en una frustración antes de que ellos permitan que sus mentes cuestionen las doctrinas.

O, como el caso mío cuando me salí, éstos continuarán creyendo en las doctrinas, pero serán incapaces de continuar la práctica del día a día de la misma, a causa del trato que les fue impuesto.  Algunos anteriores testigos de Jehová a pesar de haber sido forzados a irse de la organización nunca cuestionarán sus doctrinas, así es la fuerza del adoctrinamiento mientras uno es testigo de Jehová.  Ellos pasarán a través de la vida en una clase de miseria día a día, sintiendo que ellos han defraudado a todos y todo debido a su conducta.  Esperanzadamente la fácil voluminosa información disponible en la Internet causará que esto suceda menos.  Es una trágica pérdida en la vida de uno haber dejado la Watchtower por la razón que fuese, sólo para convertirse de nuevo en un entrampado, por no aprovechar y estudiar los errores de sus doctrinas.

Aunque no he puesto un pie dentro de un Salón del Reino durante una década, por muchos años después de salirme todavía estaba constantemente falto de confianza en mí mismo.  A veces tenía una preocupación enfermiza sobre mi inminente castigo por dejar “la única verdadera fe”.  Recuerdo que en 1993 estaba en una biblioteca pública local, vi una copia en el estante del libro por Penton “Apocalypse Delayed” (“Apocalipsis Aplazado”).  Para ese tiempo yo no había estado en una reunión por 3 años pero los malos hábitos son intransigentes.  Devolví el libro al estante como si estuviese quemándose, no sea que me cayera un rayo del cielo, o por lo menos que no me vieran leyendo “literatura apóstata” algún testigo local.  Ahora me arrepiento de todo corazón no haber leído esta extraordinaria referencia.  El poder de convención de la Watchtower es demasiado fuerte.  Tuvieron que pasar muchos años más antes que las barreras se cayeran lo suficiente para yo poder examinar objetivamente las doctrinas de la Watchtower.  El año pasado un amigo quien también fue testigo me señaló unas lecturas que él había encontrado respecto al “cambio de la generación” en 1995.  La busqué en los portales de la red que él me indicó y quedé prendado.  Después de 9 años las barreras se vinieron abajo y desde entonces nunca he dejado de prosperar.

El rápido crecer de comunidades de anteriores testigos de Jehová surgiendo a través de la Internet, y la literatura hablada e impresa en recientes años tiene que ser muy aplaudido.  Ahora menos personas sufrirán ese período de “estar en el desierto” como por bastante tiempo infortunadamente me vi, por 9 de los últimos 10 años.       

Para el momento que me bauticé pensé que estaba haciendo lo correcto.  No obstante, cualquier persona inteligente sabrá, que alguien con 17 años de edad criado en “la Verdad” no sabe nada, absolutamente nada sobre la vida para tomar una decisión de la naturaleza y magnitud que se requiere al bautismo.  Nunca deja de asombrarme ver jóvenes testigos de Jehová frente a las puertas en el pueblo donde vivo.  Ellos siempre parecen estar tan seguro de sí mismos.  Tan llenos del conocimiento que les hace pensar que tienen la “razón”.  Normalmente lo que pienso al ver esto es: “¡Si sólo ellos supieran lo que yo sé ahora!”.  Encuentro triste que estos adolescentes estén desperdiciando sus vidas por seguir un fin fútil.  Serán ellos lo suficientemente afortunados para ver a través de la religión de la Watchtower lo que está detrás de esto; o ellos perderán otros 10, 20, 30 años más antes de que entren en razón. O ellos irán de la cuna a la sepultura en completa ignorancia, siempre esperando por un fin que es “inminente”.
Después de leer las experiencias de muchos otros, me parece que la razón principal por la cual las personas abandonan la Watchtower se debe a inconsistencias doctrinales o debido a una mala experiencia personal.  Mi caso fue uno completamente personal, elaboraré en cuanto a eso más adelante.  Ha sido sólo recientemente que he visitado la red y visto el amplio daño emocional causado por la Watchtower.  Lo que durante años asumí que se trataba de una experiencia limitada la han experimentado centenares de miles de otros.  Estoy aun más sorprendido por el hecho que se me crió haciéndome creer como verdades bíblicas cosas que son totalmente erróneas; encubiertas con décadas de mentiras llegando hasta el más alto nivel.

Pero mi historia empieza cuando era un bebé a principio del 1970.

Mi madre estaba recién casada con un pequeño bebé (yo) cuando ella fue contactada a principio del 1970 o a finales del 1969; Realmente no tengo los detalles.  Ella estaba tomando un estudio bíblico cuando se usaba el libro “La Verdad...”.  La campaña del 1975 estaba en pleno apogeo y la urgencia en ese tiempo estaba impresionándose en todos los niveles de los testigos de Jehová por la organización.

Mi padre aunque nunca se vio involucrado. Él dio un ultimátum a efecto qué, o era la familia o “la verdad”.  Él había amenazado dejarla y llevarme con él.  Para ese tiempo mi madre no estaba lo suficientemente adentrada para enfrentársele en una objeción.  Así que ella dejó los estudios, aunque años después la escuché mencionar que ella sabía que era “la verdad”.   De qué se trataba la objeción de mi padre hacia la Watchtower no lo sé, pero en todo caso mis padres se separaron antes del nacimiento de mi hermano en 1972 por razones totalmente ajenas a los testigos de Jehová (hasta donde yo sé).  Ellos se divorciaron en 1975 y hasta el presente no tengo ningún recuerdo de mi padre y nunca lo he visto desde entonces.   Realmente no tengo ningún recuerdo coherente antes de este tiempo.

Mi madre era una en madre sotera y vulnerable emocionalmente cuando los testigos de Jehová reaparecieron, a principio del 1974, y para agosto de ese año se había bautizado.  Aunque mencioné anteriormente que no tengo ningún recuerdo coherente, sin embargo, tengo fragmentos vívidos en mi memoria.  Particularmente recuerdo escuchar a mi madre llorar hasta dormirse, diciendo por las noches el nombre de mi padre.  Presumo que esta era su forma de lidiar lo mejor que podía con su separación de mi padre.  Ella estaba recién separada con escasos recursos económicos.  Recuerdo que nosotros estábamos en escasez constantemente teníamos muy poco en lo que se trataba de recursos y mi madre parecía siempre estar preocupada de dónde vendría la próxima comida.  Ahora en el siglo 21 hay tanto apoyo disponible para los padres sin su pareja y para los niños.  Pero en Gran Bretaña a principio del 1970 debe de haber sido una tarea muy desalentadora tener que criar sola 2 niños sin apoyo.  De modo que para cuando los testigos la contactaron de nuevo, ella estaba en un estado muy vulnerable.  Dudo presumir lo que está en la mente de cualquiera, pero tengo pocas dudas que una mujer sola, emocionalmente vulnerable con 2 niños pequeños y sin casi ningún recurso es presa fácil de la Watchtower.  A principio del 1974 la Watchtower estaba en un afán febril laborioso ya que llegaría el año siguiente el Armagedón.  1975 y “el fin” se estaba acercando.  Para ser justo a estas alturas, los ancianos locales fueron algo moderados sobre el 1975 que podrían no suceder lo esperado.  En el punto de hecho cuando el 75’ vino y se fue en mi congregación local sólo un puñado de intransigentes abanaron la Watchtower.  Durante el desbarajuste que se precipitó en los años que siguieron inmediatamente el 1975 nuestra congregación fue considerada un modelo de proporción que no sucumbió  ante “la fiebre”.  En mi opinión, simplemente se trató del caso de unos ancianos sutiles quienes presintieron que nada iba a suceder y le restaron importancia al tema temprano en el 70.  Sin embargo, sé que éste no fue el caso con la mayoría de las congregaciones alrededor del mundo.

Consecuentemente una combinación de, los eventos en ese tiempo, las circunstancias y la disfunción emocional jugaron un papel muy grande porqué mi madre se unió a la religión.  A menudo me pregunto cómo hubiesen sido las cosas si ella hubiese tenido tiempo para estabilizarse por si sola, conseguir un empleo y superar totalmente lo que estaba sintiendo.

Así que una decisión por mi madre ese verano de 1974 desencadenó una serie de eventos, que no sólo afectarían mi vida directamente los próximos 16 años, sino que indirectamente hasta el presente me afecta.  Mi vida se convirtió en la escuela absolutamente en un mismo infierno por ser diferente.  Cuando se supo que yo era testigo de Jehová probablemente no quedó nada por el cual a mi se me ridiculizase.

Mis recuerdos más tempranos de la escuela son, que rieran de mí y me ridiculizaran por no celebrar Navidad, Pascua, Halloween, y cualquier otras festividades normales y días de “fiestas” que se suponen hagan la niñez de uno una experiencia variada y agradable.

¡Imagine el trauma impresionante para un niño de 5 años de edad durante una década las consecuencias por negársele lo que todos los demás toman por sentado!  Mis recuerdos escolares son toda una desesperación emocional. Aunque logré tener buenas calificaciones, no obstante, yo era un desastre.  Me tomó muchos años después de salir de la escuela en el mundo activo en una base normal sólo poder interactuar diariamente con las personas.  Uno de los ejemplos más tempranos que puedo recordar ocurrió cuando estaba en la escuela elemental en 2º (segundo grado). Nuestra nueva maestra estaba diciéndonos que día maravilloso tan soleado se veía afuera, cuando ella notó que yo estaba llorando.  “¿Qué te sucede?” Me preguntó apoyándose en mí preocupada.  Específicamente no puedo recordar mi contestación pero fue al efecto que estaba avergonzado tener que salirme del salón de clase durante la oración del Padre Nuestro.  ¡Ya que yo era testigo de Jehová!  ¡Con 5 años de edad me habían obligado a pasar por este trauma!  Esto son mis recuerdos escolares más tempranos de agosto de 1975.  No algún momento feliz en el recreo u otra memoria infantil agradable sino siendo traumatizado por mis creencias religiosas.  Esto se convertiría en mi rutina diaria mas o menos por la próxima década.

Cuando miro ahora mi hija, quién justamente ha terminado su primer año de escuela elemental, no puedo absoluta y totalmente comprender cómo cualquier padre puede permitir que su hijo esté pasando por eso que yo e innumerables otros atravesamos.

No voy a elaborar mas sobre este tema, ya que cualquier anterior testigo quien haya tenido la experiencia de haberse “criado en la verdad” sabrá exactamente a qué me refiero.

Siempre que hubiese alguna actividad social a mí se me dejaba fuera.  “Es una pérdida de tiempo invitarlo” afirmaban ellos.  “A él no le permiten hacer nada”.  De modo que al final no tenía ningún amigo.  Tenía que consolarme con el pensamiento que estaba “haciendo feliz el corazón de Jehová” al no asociarme con estas “personas mundanas”.  El tiempo más terrible del año era cuando regresábamos a la escuela después de las fiestas navideñas.  Todos describían o mostraban los regalos que recibieron de sus amigos y familiares.  Un buen año para mí era si ellos me dejaban solo.  Pero entonces me sentía afligido puesto que no recibí ningún regalo de Navidad.  Pero los niños por ser como son, invariablemente me hacían el objeto de burla, si no es que abusaban de mí físicamente.  Porque yo era diferente.  La escuela para mí en la mayoría de las ocasiones era motivo de preocupación constante.  Todos los días simplemente quería ser normal.  No diferente.  Mis padres intentaban hacer ver mis compañeros como malvados.  Haciendo cosas malas en el mundo de Satanás.  De hecho, el punto era que la mayoría de los adolescentes en los años 80 a pesar del torrente abuso que recibieron de la Sociedad Watchtower eran simplemente personas cotidianas ordinarias sobreviviendo los problemas normales de la adolescencia.  Como si no fuese suficiente ser un adolescente en un tiempo paranoico nuclear, en la Gran Bretaña de Margaret Thatcher sumida en un desempleo en los 1980 y encima también ser un Testigo.  Actualmente recuerdo que muy pocas personas con las que fui a la escuela se tratasen de inmorales, absurdas, que utilizasen drogas, bebidas, personas malas.  Aparte de uno o dos idiotas, (y cada escuela los tenía), la mayoría de nosotros éramos muy semejantes.  ¡Excepto yo!  A mi se me veía a leguas.  Usualmente me daba cuenta en una conversación cuándo la tendencia podría llevar a ser de mi un objeto de ridículo, rápidamente buscaba desviar la atención hacia otro tema.  Pero la determinación entre mis compañeros encontraba alguna razón para ridiculizarme.  Naturalmente, mis padres nunca tuvieron pista de lo que me estaba aconteciendo, y para ser totalmente franco, realmente no pienso que a ellos les importase.  Mientras obedeciese sus reglas y me mantuviese alejado de problemas, era todo lo que les interesaba.

No hubo ninguna faceta de vida sin importar cuan trivial fuese, que mis padres no la hiciesen sujeto al escrutinio de la Watchtower.  Los aspectos más irrelevantes de lo que sucedía en la escuela se abrían y los detalles más íntimos se escrutaban no sea que me estuviese exponiendo alguna “influencia mundana”.

Podría parecer un chiste para una persona sensata y racional leer esto, como actualmente me sucede a mí; Pero no hay nada de cómico atravesar por todo esto.  Todas las siguientes actividades rutinarias se me prohibían: Los días de fiestas (Navidad, Pascua, Halloween, de hecho cualquier fiesta) bailes, citas, actividad deportiva después de salir de la escuela, visitar mis compañeros escolares para pasar algún momento divertido, o en cuanto a eso cualquier actividad que me hiciera parecer normal.  Incluso la ropa que tenía era la que mis padres querían que yo vistiese.  ¡No había nada de modas en mi armario en ese entonces!  No sólo mis actividades (o la falta de ellas) me hacían ver distinto, sino también la manera como me vestía agravaba el problema.

Según describo esto intento decirme a mí mismo que esto sucedió hacen unos 10 a 20 años y que ya no tiene importancia.  Pero sí la tiene, porque la herida siempre está y nunca se marchará.  Sí es cierto que con el tiempo el dolor se reduce y que no paso cada momento consumido en el rencor, pero jamás podré retroceder y recuperar el tiempo perdido. Mi niñez fue destruida en nombre de una religión falsa y nada de lo que pueda hacer ahora, y no importa cómo me sienta podrá cambiar eso.

Supongo que lo que hace ligeramente más fácil sobrellevar esto es que ahora he visto la religión de la Watchtower tal como es; un culto peligroso que requiere sea expuesto el trato inhumano que le da a sus seguidores.

De modo que los años 1974 al 1980 pasaron.  Mi único amigo (quien era mi mejor amigo) en “la verdad” se mudó de Escocia al noreste de Inglaterra en febrero de 1980.   Fui afortunado hasta ese punto no sólo por tener un compañero constante, alguien que estuvo compartiendo conmigo lo que significaba ser un niño testigo y quien hasta cierta magnitud me aliviaba la aguijoneada del ridículo que experimentaba en la escuela.  Entonces en el verano de 1980 mi madre empezó a conocer un Superintendente Ministerial divorciado en nuestro Salón del Reino.  Nuestras vidas fueron volcadas al revés después que ella se casó en enero de 1980.  Si yo pensaba que esa vida hasta ese punto como testigo de Jehová era dura, nada se comparó con lo que siguió mas o menos los próximos 10 años. Todo, y quiero decir todo, teñía que hacerse por el libro.  Sin absolutamente ninguna excepción.  He leído relatos en la red sobre testigos de Jehová que han exagerado de forma jocosa cada regulación de la Watchtower yéndose hasta los extremos, pero cuando miro atrás, mi padrastro vino a ser el idiota más grande de todos ellos.

Por ejemplo todos los domingos visitábamos mis Abuelos. Después de la reunión, sin importar como estuviese el clima, tomábamos el autobús para verles.  Pero eso finalizó.  El servicio de campo se hizo más importante los domingos en la tarde.  Fue un duro golpe para mis abuelos cuando mi madre se unió a mediados del 1970 a la Watchtower.  Mi hermano y yo éramos los únicos nietos que ellos tenían y la realización súbita de las restricciones de los testigos de Jehová impuesto en cuanto a las celebraciones de la fiesta navideñas los dejó en verdad muy tristes.  Sin embargo, a pesar de esto, mi madre continuó llevándonos a ver nuestros Abuelos semanalmente hasta que se casó.  Hasta el 1981.  Después de eso únicamente lográbamos ver a nuestros abuelos cuando le placía a mi padrastro; lo cual se traduce a, siempre que no interfiriera con sus planes familiares de actividad “teocrática”.

Hasta el día que mi abuela murió en 1991, sólo la vi en un puñado de ocasiones.  Todavía me siento muy avergonzado cuando veo a mi abuelo ahora, ya que él nunca se ha quejado de no vernos durante todos esos años.  Lo invité a nuestro hogar en 1997 para las navidades.  Recuerdo que él y mi abuela se encontraban muy solitarios en las navidades puesto que mi hermano y yo éramos los únicos nietos que tenían.  En un momento privado ese día, le pedí perdón por cualquier herida que le hubiese causado y le supliqué que me perdonara.  Con lágrimas él me dijo que nunca guardó ningún resentimiento contra mí; la falta era de mis padres.  Su único pesar era que mi abuela no estaba allí ese día para vernos y sus bisnietos disfrutando la primera navidad en 24 años.  Mis padres por supuesto no les interesa en nada las heridas que ellos han causado durante todos estos años.

La Organización Watchtower tiene muchas cuentas que rendir.

Mirando atrás encuentro asombroso cómo mis padres se tragaban todo lo que decía la Watchtower.  Y todavía lo hacen hasta al presente.

Otra cosa que me ha dejado estupefacto es el paralelo que hay entre la Organización Watchtower y la novela 1984 por George Orwell.  En el 1984 leí la novela 1984 de Orwell. Simplemente porque se me requirió la lectura en la escuela para un examen de inglés. Pero recientemente la leí y de nuevo y quedé asombrado con el paralelismo que tiene con la organización Watchtower.  El doblepensar,(ideas contradictorias) y además el crimental (crimen mental). Es como si hubiese sido escrito para ellos. (Realmente el portal de Freeminds tiene una comparación excelente titulado: La Gran Madre en: http://www.freeminds.org/languages/espanol/1984-y-la-gran-madre-como-la-sociedad-watchtower-se-paralela-con-oceania.html a este tenor con este mismo tema también vea  http://www.freeminds.org/foreign/timehealsp.htm )   La razón que menciono esto es porque mis padres sin duda alguna eran los más idiotas cuando se trataba de apegarse a las regulaciones más ridículas y sombrías de la Watchtower.  Incluso si se indicaba que algo podría ser cuestionable, para ellos decir eso era como si estuviese en el mismo nivel de la apostasía o un pecado sexual muy serio. También tenían la habilidad de tragarse cualquier cambio de doctrina sin cuestionarla, lo que para mi mente venía siendo el epítome del “doblepensar”.

Según ellos la verdad no tenía ninguna área gris. Si era impreso en La Atalaya, ERA LA LEY.

Particularmente recuerdo mis años de adolescencia siendo obligado a ir al servicio de campo los veranos en las tardes.  Ataviado con una camisa de vestir y corbata en el barrio con mi padrastro.  Él deliberadamente me llevaba a los hogares dónde él sabía que mis amigos escolares vivían.  La vergüenza de estar en la casa de alguien predicando con la Biblia, cuando todos los demás de mi misma edad estaban por fuera, montando sus bicicletas, escuchando música, eso a veces era demasiado mucho para mí poder soportar.  A mí casi no se me permitía escuchar música, ver televisión, videos o hacer cualquier función ordinaria de entretención.  La vergüenza y humillación de ser visto por aquellos que yo sabía que al próximo día me harían la vida miserable en la escuela.  De todas las cosas que hice durante mi tiempo asociado con los testigos de Jehová de veras puedo declarar que lo peor de soportar era el servicio de campo.  Todavía a estas alturas me encojo de la vergüenza pensar cómo un presuntuoso de 14 año se atrevía decirle a un dueño de casa mejor informado, que él sería condenado en el Armagedón. ¡Dios! Qué clase de idiota me debí haber visto.

La otra cosa a qué mis padres eran aficionados se trataba de sacar la mano, la disciplina física.  Hasta la edad de 16 (sí 16 años) mi madre y padrastro no lo pensaban dos veces cuando se trataba de usar la disciplina física para cualquier trasgresión que ellos percibieran estar correctos.  ¿Imagine la vergüenza de cualquier joven de 16 años de edad siendo castigado físicamente delante de otros testigos de Jehová, ahora imagínese delante de personas ordinarias?  Eventualmente los ancianos locales advirtieron en contra de esto, no porque ellos se preocupasen por mí; si no simplemente por los comentarios adversos que algunos habían escuchado del público quienes había visto esto.  Desde el punto de vista de mis compañeros en la escuela sabía que yo debí haberme visto un necio absoluto.  No pienso que realmente puedo subestimar el daño psicológico hecho a los niños que son testigos que sufrieron años de mofas debido porque sus padres siguieron la religión de la Watchtower.  Cuando levantaba una objeción de cómo estaba siendo tratado, ellos simplemente me decían que me podía ir cuando quisiera.  “Cuando tengas tu propia casa puede hacer lo que te venga en gana.  Pero mientras estés en está NUESTRA casa USTED hará lo que NOSOTROS le digamos.”   Claro ellos me decían así por el conocimiento que un niño de 13-16 años de edad no podría irse sin recursos financieros u otra ayuda material.   En ocasiones pienso que simplemente debí haber ido a servicios sociales e informar del abuso.  Claro en los años posteriores la Watchtower ha comprendido el peligro de esta posición; es decir, amenazar niños menores con botarlos de la casa familiar por no querer cumplir con la Watchtower.  Mi hermano más pequeño, quien nació en 1982, al momento de escribir esta carta tiene 18 años, no ha asistido a una reunión ni participado en el servicio de campo desde que tenía aproximadamente 14 años.  Mis padres ahora toleran esto, pero hace una década atrás hubiese sido diferente.  Esto se llama doble vara.  Cuando la Watchtower se siente amenazada cambia sus tácticas.  Por eso es más condescendiente con los adolescentes de hoy en día  en “la verdad”.  O eso, para mí, es lo que está aparentando. 

En lo que a mí se refiere mi niñez fue arruinada, debido a esto no puedo empezar a poner en palabras, el absoluto y completo desdén que le tengo en cuenta a los testigos de Jehová y todo lo que ellos representan.

El régimen de vida que nosotros llevábamos no se parecía en nada a los de mis amigos escolares.  Con reuniones, servicio de campo y los estudios familiares.  Desde el 1981 hasta el 1987 simplemente era una rutina basada sólo alrededor de lo que la Watchtower quería.  Yo continuaba diciéndome a mí mismo que no había razón alguna para sentirme de la manera como me sentía. ¿Por qué demonios yo tuve que tener tanta mala suerte de ser criado como un testigo de Jehová?  Pero qué otra cosa podía hacer.  A usted se le criaba haciéndole creer que merecía la pena pasar por los sufrimientos de la época presente ya que no son de ninguna importancia en comparación con el futuro maravilloso.  Mis padres continuaban diciéndome que ellos sabían cómo yo me sentía. ¿Cómo podrían ellos saberlo?  Si ellos nunca fueron criados en la verdad.  Ya ellos habían tenido todos los beneficios de una niñez contemporánea normal.  Ellos entraron siendo ya adultos.

Desde mi perspectiva, esto era el colmo de lo paradójico.  Los padres, ancianos, y las demás figuras de autoridad dentro de la organización diciéndonos cuán buenos todos nosotros los “jóvenes” éramos. Y cómo es que estábamos siendo de ejemplo etc. etc.   En las asambleas de circuito y distrito se citaban experiencias de jóvenes quienes orgullosamente pregonaban “las buenas nuevas del reino” desde las azoteas en sus localidades, éstos servían de ejemplo para todos nosotros.  Idéntico como en la novela “mil novecientos ochenta y cuatro” las circunstancias de la situación discrepaba con la realidad.  La mayor parte de los “jóvenes” que conocí en “la verdad” se veían la mayor parte del tiempo sumamente miserables y si podían evitarlo nunca le admitirían a nadie que eran testigos de Jehová, y muchísimo menos se preocupaban por irse a pregonarlo.  Y encima de todo esto, venir a decirnos que ellos entendían por lo que estábamos pasando.  Ellos, ni nos entendían, ni les importábamos.  Siempre que surgía un problema, a los “jóvenes” únicamente se nos dirigía a algún “artículo extraordinario” de la revista ¡Despertad! o La Atalaya.  O peor aún, a ese irrisorio, ridículo intento por el Cuerpo Gobernante de entendernos, el libro: “Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera” 1976.  Incluyendo la versión del refrito cual nos regalaron, “Lo que los jóvenes preguntan” en 1989 y que fue igual de malo.  Tenía los mismos consejos pero con unas fotografías.  (Perdóneme. No estoy tratando de ser frívolo aquí, pero los consejos a los “jóvenes“ en la organización para los años 70 y 80 eran totalmente inútiles.   La Watchtower tenía sólo un objetivo: mantener los jóvenes dentro de sus paredes empleando la culpabilidad.)  En cambio las demás personas de mi generación acudían a sus padres, maestros, orientadores profesionales y otras personas útiles, esto se hallaban adquiriendo buenos consejos sobre el sexo, carreras, empleos, sobre sus temores y ambiciones futuras y así sucesivamente.  Pero este no fue el caso para los hijos de los testigos de Jehová.  El plan para los que terminaban la escuela, en la congregación que yo asistía, para mediados del 1980, era como sigue: Hágase una lobotomía, deje la escuela en la primera oportunidad que tenga, hágase precursor, nunca lea nada que no sea de la Watchtower (u otros de sus libros autorizados) y consiga un empleo limpiando ventanas, u otra ocupación en el mundo que no les anime a tener una profesión.

Como mencioné antes, cuando cumplí los 17 años me bauticé.  Mirando atrás ahora que han transcurrido casi 15 años me pregunto cuáles eran mis verdaderas motivaciones.  No tuve nada que agradecerle a “la verdad”.  Me había causado hasta ese momento sobre 10 años de miseria y ansiedad.  Lo más cercano que puedo llegar a una respuesta me supongo que fue una ruta donde estaban los menos problemas.  Sopesando en contra de, si haberme salido, fue la opción menos inatractiva.  Noten que digo “menos inatractiva” y no “más atractiva”.  Simplemente lo hice porque era la cosa correcta que había que hacer, es la única respuesta que encogiendo mis hombros se me ocurre dar.  Desde que he estado investigando en la red sobre la religión en la que me crié he tenido una extraña sensación de emociones encontradas.  Por un lado tener que sacármela de mi mente durante casi 10 años, fue una experiencia dolorosa sólo leer material que hiciera referencia directa a frases como “La Watchtower”, “Servicio de Campo”, y todo ese zumbido de otras palabras que son parte del género de los testigos de Jehová.  Aunque también fue muy terapéutico leer material que finalmente me convenció que había hecho la decisión correcta de salirme.  Para explicarme: después de que inicialmente me salí y trascurrieron todos los “llamados pastorales” etc., que ocurren siempre intentando convencer a uno para volver, estuve cargado de culpa. Si me sentaba a ver televisión me ponía a pensar; “esta noche hay servicio de reunión” o de lo que se tratase la ocasión. Me tomó varios años poder dejar de sentirme así. Asimismo si veía información en las noticias sobre algún desastre.  Mi mente inmediatamente lo ataba a alguna  teología de la Watchtower cual me recordaba que el Armagedón pronto vendría.  Me sentía muy aterrorizado.  Me decía a mí mismo cosas como: “¿Vale la pena perder tu vida?” y “¿Por qué no haces un esfuerzo para retornar?” Gracias a Dios nunca cedí. Exceptúe una vez.

En el verano de 1991 mi esposa y yo consideramos que le daríamos una última oportunidad.  Asistiríamos a la convención de distrito dónde esperaríamos no ser visto por los testigos locales quiénes de inmediato nos agobiarían.  La razón para esto como lo pusimos fue “para ver si el sentimiento todavía estaba allí”.  Pero en la mañana que decidimos ir tuvimos una discusión violenta.  No sobre ir a la convención, sino sobre algo tan trivial que no recuerdo lo que era ahora.  Por consiguiente no asistimos.  Hasta este momento le agradezco sea a lo que fue que empezó esa discusión que me impidió ir.  Nunca mas me envolví de nuevo en esta tentación otra vez.

Gradualmente la rutina de la vida tomó su lugar y eventualmente con la llegada de nuestros hijos tuvimos el catalizador para los cambios finales.  Comprendimos que como pareja no podíamos nadar entre dos aguas para siempre, pero los niños cambiaron eso.  Se lo debíamos a ellos, darles una educación segura y NORMAL cual nunca tuvimos.  Efectivamente, desde este momento la cadena se rompió.  Empezamos a hacer las cosas con una conciencia limpia que incluso unos cuantos años antes, aunque estábamos fuera de la verdad, jamás la hubiésemos considerado.  Colocamos un árbol de Navidad por primera vez en diciembre de 1995.  Ahora mis hijos estaban disfrutando de las cosas que nunca tuvimos.  No puedo empezar a describir la alegría en sus rostros cuando ellos en la mañana de la Navidad bajaban para abrir sus regalos.  No es mucho lo que ahora puedo hacer sobre mi propia niñez.  Pero puedo evitar que mis propios hijos sean lacerados.

Al presente no pasa un día que no me detengo y pienso cuán afortunado fui al salirme de la Watchtower y verla tal como es antes de que fuese demasiado tarde.  La Internet me ha demostrado su valor exclusivo sobre este asunto.  La exposición constante en este medio de los deslices de la Watchtower es un martillo que es, y continuará, poniéndole otro clavo más en el ataúd de la organización Watchtower.  

Regresando al 1987.  A pesar de ser bautizado puedo verdaderamente declarar ahora (con el beneficio de una percepción retrospectiva) que realmente nunca creí en sus doctrinas.  Durante cierto tiempo podría haber pensado que las creí pero realmente no lo hice.  Mucho de ello era demasiado imaginativo.  Siempre tenía dudas si yo podría reconciliarla con los hechos.  Por ejemplo: el “esclavo fiel y discreto” era uno de los casos.  Nunca pude armonizar esa idea en mi cabeza.  Me supongo que simplemente desarrollé un agujero negro cuando las doctrinas de la Watchtower discrepaban con los hechos.  O era eso, o empezar a cuestionar la salud mental de uno.  Especialmente pienso en Las Atalaya y los libros de estudios para mediados y finales del 1970.   Los Tipos y Antitipos, en las visiones paralelas modernas proféticas y así sucesivamente.  (El día de hoy comprendo que éstas eran las divagaciones de Fred Franz).  Lo que me asombra es que si usted acepta a la Sociedad Watchtower con su portavoz el Cuerpo Gobernante que representa al “esclavo fiel y discreto” y que estos están representando a Dios sobre la tierra; entonces no hay nada que ellos digan que usted no pueda dudar.  No importando cuán absurdo se vea o suene.  Todavía no puedo creer cómo ellos lograron escurrir el bulto y se desenredaron de “esta generación” en noviembre de 1995.  80 años de una doctrina importantísima, y en un par de párrafos se deshicieron de ella.  Esto viene siendo un tributo de cómo son sus métodos de control absoluto, el que sin pensarlo mucho esto  se aceptó olvidándose de ello sin ni siquiera inmutarse la mayoría de todos sus miembros. Pero sobre todo lo demás recuerdo de las reuniones que eran lo más aburrido y el fastidio de estar sentado durante 2 horas escuchado las sandeces sin importancia más tediosas imaginables. Teniendo que sentarse con la cara seria o tener que enfrentarte a las reprimendas por estar inquieto. El Armagedón no me daba ningún temor cuando era un niño pequeño; si yo me portaba mal en el Salón del Reino para mí el Armagedón era cuando me encerraban en el baño.  El fin del mundo no le llegaba a la suela del zapato a eso.

Pero me estoy alejando del tema...

Por un tiempo cesó la presión. Ya había dejado la escuela, conseguido un empleo a tiempo parcial, y por un lapso pequeño fui precursor. Es asombroso cómo uno consigue “adentrase” en las comunas de las congregaciones cuando uno hace las cosas bien.  Es que esto es todo lo que ellos eran: comunas.  Todo se trata de quién hablaba con quién y por qué.  Quién estaba “adentro” y quién estaba “afuera”.  Cuál era el último bochinche.  No había verdadero amor en lo absoluto.

Para ser honrados, las cosas por el próximo año parecían ir mejorando.  Doctrinalmente las cosas me parecían tener sentido.  Bien, es que no estaba leyendo nada que no fuesen las publicaciones de la Watchtower, de modo que cualquier pensamiento crítico independiente lo cortaba de raíz.  Por lo tanto, no teniendo nada para comprobarlo, las doctrinas me parecían del todo razonables.  Cualquier duda que tuviese, empleaba un poco de ‘doblepensar’ cual se encargaba de eso.

A estas alturas, ni siquiera puedo empezar a detallar el incalculable daño causado por la decisión de no ir a una Universidad.  Hasta este momento mi habilidad para mantener mi familia y las opciones de alguna carrera disponible para mí fueron decididas basándose en la desinformación y el fanatismo de la Watchtower en contra de la educación secular.  De nuevo, esto es otra cosa más que ellos tienen que rendir cuentas.  Considero que el “drama” sobre éste asunto en la convención del 1984 en contra de la educación secular es el artículo más perjudicial que jamás alguna vez se haya publicado por el Cuerpo Gobernante.  En cuestión de minutos al cierre de la sesión el sábado en la mañana, ya estaba escuchando los comentarios de las personas mal informadas que estaban sentadas al alcance de mi oído.  Por supuesto mis padres estaban involucrados entre ellos.  El asunto se empeoró por el hecho que el plazo de tiempo, para cualquier aplicación educativa tendría que someterla antes de octubre de 1984...

Entonces todo empezó a salir mal de forma descomunal.  Para mí todo llegó a su punto en 1988 al 1990.  Primero tuve que dejar mi empleo debido a la presión en la congregación.  Es que yo trabajaba para una empresa que tenía lazos militares.  Directamente yo no tenía nada que ver con esto, pero algunos en el Salón del Reino vieron apropiado manipular mi conciencia inmadura a los 18 años de edad y me obligaron a renunciar.  Aunque técnicamente era un asunto de conciencia, los ancianos no me dejaron muchas opciones.  Realmente no necesito elaborar mucho en cuanto a esto.  Esto, no sólo tronchó para siempre una carrera con una educación extensa, que desde entonces probablemente refleja fue el error práctico más grande que yo haya cometido como testigo, sino que inmediatamente me siguió un período de dificultades financieras y desempleo que para ser honesto todavía tiene repercusiones hasta el presente.

En segundo lugar, conocí una joven encantadora (también criada en la verdad).  Empezamos a salir, y para el 1989 hicimos planes para casarnos.  Su familia era muy débil en la verdad, la cual era considerada localmente ser un caso problemático.  Así que como mínimo mi relación fue considerada una “desacertada”.  Ella tenía una hermana que había sido expulsada, y nadie en su familia estaba activo excepto su padre.  La hermana expulsada en un momento llegó a ser  la “alumna estrella” para uno de los ancianos locales.  En lo que a él respectaba su conducta era el vivo ejemplo de cómo crecer en la verdad.  De modo que cuando ella empezó a salir con un católico, y se casó con él, ella fue expulsada.  Desde este punto en adelante, este anciano local fijó una vendetta personal utilizando cada oportunidad que tenía disponible en contra de esa familia. (Ésta en sí, es otra historia de lo que es un total abuso de autoridad por UN anciano de la congregación. No obstante, a mi no me corresponde esto; escribirlo ya que es la historia de otra persona.  Sólo lo menciono en la medida en la cual me afectó).

Seguimos yendo juntos a las reuniones, demostrando una apariencia de seguir en la verdad.  Privadamente empezamos a tener reservaciones muy serias sobre la organización a la cual pertenecíamos.  Yo me sentía demasiado culpable por tener estos sentimientos.  Ya que indubitablemente pertenecíamos a la verdadera fe.  No obstante, no teníamos ninguna parte dónde ir.  Nuestras familias y amigos estaban en la verdad.  Además, para nosotros, eso era la verdad ¿o no? Y toda las demás doctrinas eran falsas.  El control total ejercido en las mentes por este culto no puede subestimarse.  Para sentirse que está realmente poniendo su vida en peligro por no hacer cosas tan triviales como asistir a reuniones o salir al servicio de campo es una motivación poderosa para conformar a cualquiera.  Aún más semejante a los cultos es poder controlar con terror los pensamientos de uno; no solamente el testigo debe ser visto llevando a cabo los requisitos de la Watchtower, sino que realmente no debe dudar en su propia mente.  Cualquier duda se reduce a “debilidad espiritual” y debe confesárseles inmediatamente a los ancianos.  Por lo tanto tener esta clase de pensamientos corriendo por nuestras cabezas así como todas las demás cosas que pasaban nos dejó con serios problemas psicológicos.  Ni siquiera estábamos conscientes de esto en aquel momento.

Además, al mismo tiempo, teníamos los problemas usuales con las citas.  Cualquier otra cosa que no fuese únicamente sostenerse de las manos era considerado rotundamente un culto al diablo.   Recuerdo una tarde particularmente que mi padrastro nos sorprendió acariciándonos.  El mal rato que pasamos por eso, todavía, me hace retorcerme hasta este momento.  Siempre éramos culpables hasta que se nos demostrara ser inocentes.  Cada acción por trivial que fuese se trataba con sospechas.  Por ejemplo nunca se nos permitió estar juntos en un cuarto solos.  ¿Ellos, seriamente pensaban que nosotros no teníamos ninguna moral en lo absoluto? ¿Que íbamos a ir directo a la cama tan pronto dieran la espalda?  No había absolutamente ninguna confianza por parte de mis padres, ni los ancianos, ni de parte de nadie en el Salón del Reino.  Las charlas en el Salón del Reino eran solo sobre dos asuntos.  Salgan a predicar más, o, no tengan sexo.  Mi suegra quien ya no es testigo de Jehová me dijo que ella jamás había escuchado ni la mitad de las prácticas sexuales referidas allí hasta que ella se convirtió en testigo de Jehová.  No es que ella fuese una ignorante o ingenua es que absolutamente tales conversaciones no son algo apropiadas, y ciertamente menos delante de niños pequeños.  Uno ya sabía que tales prácticas eran contrarias a lo que la Biblia enseña, pero eso no significa que cada reunión tenía que estar llena de una discusión sobre una variedad de prácticas sexuales.  Hay un tiempo y lugar para cada tema, pero los domingos a las 10 de la mañana no lo era (y para mí todavía no lo es) ponerse a discutir sobre lesbianas, sodomía, bestialidad o bestialismo y toda clase de otra forma de perversión que pueda estar en la agenda de la Watchtower esa semana.  Los niños de 3 y 4 años de edad deben estar coloreando cuadros del Arca de Noé con el arco iris al fondo, si es que a ellos se les desea enseñar un tema religioso los domingos en la mañana, y no tener que estar preguntándole a su Papá a toda voz  en el Salón del Reino ¿qué es lo que hace una lesbiana?  ¡Este relato es verídico, yo estuve allí y lo oí!  Recuerdo muy claramente los artículos sobre la masturbación en los estudios de la Watchtower en la primavera de 1985.  Es absolutamente increíble que un asunto tan personal, de mal gusto y bochornoso se discutiese públicamente.  Y ver a varios individuos en el Salón del Reino levantando sus manos aventándose y agregando sus opiniones inauditas al asunto. No obstante, como de costumbre no dejaron piedra por mover para darle seguimiento al control de la Watchtower sobre las vidas de sus miembros.

Para los adolescentes con las hormonas energúmenas esto simplemente es combustible para el fuego.  La regla es muy simple:  Prohíba algo y adquiera un misterio.  La manera de extinguir las llamas era usar la culpa.  La culpa se iguala al control.  En esta etapa de vida cuando los adolescentes están más vulnerables, la peor cosa para hacer es estar mencionado una y otra vez el tema sobre el sexo cada 10 minutos.

Las cosas fueron tropezando y aunque no éramos las personas más activas dentro del Salón del Reino; estábamos haciendo justo lo suficiente para sacarnos de encima los ancianos.  Cuando nuestra boda se acercó en el invierno de 1990 las cosas empezaron a salir mal.  Los ancianos se me acercaron y me dijeron que habría ciertas personas que no “se les preemitirían asistir” a nuestra boda dentro del Salón.  Uno de mis amigos más íntimos y más estimados (quién a Dios gracia se salió alrededor del mismo tiempo que yo, y quien estaba en una decadencia espiral desde mucho antes), se le indicó que a él no se le permitiría asistir a la fiesta de recepción de la boda.  A mi esposa y a su madre le dijeron que dejara de relacionarse con su hermana expulsada o nuestra boda no tendría lugar en el Salón del Reino.  Se hicieron amenazas qué no tenían ninguna (lo más importante en ese momento) base escriturar, ni de hecho apoyo oficial de la organización.  Cuando enviamos las invitaciones de boda los hermanos y hermanas nos las devolvieron.  A éstos testigos los ancianos les estaban diciendo que no fuesen a nuestra boda, porque allí estarían presentes personas indeseables.  Los chismes y los rumores sobre nosotros se extendieron y la familia de mi esposa estaba en una escala que yo nunca había visto antes y me impresionó ver el seno de la “Organización de Jehová”. Pero en lugar de ellos tomar una decisión instruida por si mismos, estos necios ignorantes escogieron hacer como los ancianos les indicaron, manteniéndose  cabizbajos y evitando ellos tener problemas.

Siendo honesto puedo segur contando sin parar sobre todas las cosas que salieron mal, pero es demasiado doloroso hacerlo.  Lo que menciono en el párrafo aquí arriba simplemente es un contorno muy breve de lo en que sucedió, no tengo el tiempo ni la inclinación para poder detallar los eventos.  Se derramaron muchas lagrimas hubo muchas lágrimas vertidas y puños que golpearon las paredes mis momentos privados. (Mi suegra muchos años después me dijo que ella llegó a pensar que yo iba tener una depresión nerviosa.)  La experiencia es demasiado para estar recordándola, jamás le desearía le suceda esto a mi peor enemigo.  Este debió ser uno de los días más felices de nuestras vidas, pero fue totalmente arruinado en nombre de la “verdadera fe”.  Cada aniversario mi esposa siempre en algún momento hace este comentario al efecto:  “Realmente no sé qué es lo que estamos celebrando.”   Nuestro día de boda fue destruido antes de que empezara, y esto nos lo recuerda todos los años.  No podemos mirar nuestro video de boda o el álbum de fotografías sin dejarnos un mal sabor de boca.

La conducta cual fui testigo en ese momento para mí fue la gota que colmó la copa.  Mi esposa nunca asistió a otra reunión después de nuestra boda, y aunque me esforcé durante unos cuantos meses más; mi corazón ya no tenía el empeño.  Asistí a mi última reunión un poco después de enero de 1991.  Bien hasta allí llegó.  No hice nada que pudiese conseguir que ellos me expulsasen, o desasociaran.  Sencillamente al igual que mi esposa gradualmente dejé de asistir.  Los trucos usuales fueron empleados para intentar que yo regresase, pero ya me había hartado.  No he pisado dentro de un Salón del Reino desde el 1991 y jamás y NUNCA regresaremos.  Cuando leo sobre las tácticas para hacer regresar las personas y las mentiras e indirecta que riegan sobre éstos cuando no regresan, considero entonces que he tenido un escape muy afortunado.

Me gustaría volver a lo que dije al principio.  No se trata de algo doctrinal.  Por lo menos no lo era cuando empecé esta historia.  Inicialmente mi problema con la Watchtower era y es la manera como trata las personas desde el punto de vista humano.  Sin embargo, lo que me ha dejado absolutamente sorprendido, es la ambivalencia que ha seguido con las doctrinas durante décadas dentro de la Watchtower.  El que familias se separen por causa de la verdad absoluta y si Dios realmente lo exigiese podría decirse que el precio tendría valor pagarlo.  No obstante, hacer que familias se destruyan en la escala que la Watchtower lo ha hecho, y sabiendo que la doctrina es claramente una errónea, es algo inmoral.  Parte de mi auto-terapia fue leer “Crisis de Conciencia” por Raymond Franz. Quedé estupefacto pero no muy sorprendido sobre lo que leí.
Cualquier organización que exija lealtad para ella por encima de los lazos sanguíneos está fundamentalmente equivocada.  Mi hermano menor no me habla.  Esto aunque él ya no es testigo de Jehová.  El daño que fue causado durante su tiempo allí ha creado una brecha entre nosotros que nunca podrá sanarse.  Mis padres sólo tienen algún contacto, (cuando les da la gana) pero solo porque ellos esperan un día poder persuadir a sus nietos.  Algo que puedo decir, es que nunca lo conseguirán.  Increíblemente, no pueden ver el daño que han causado.  Simplemente piensan que nosotros “nos apartamos” y que algún día regresaremos.  Ellos no tienen la más mínima concepción de dónde están ni cuán controladas están sus vidas por ésta.  Las relaciones familiares básicas son sacrificadas ante el altar de la Watchtower.  Mi hija mayor ha comenzado a comprender que estos abuelos no les regalan nada durante la Navidad ni los cumpleaños.  No sé qué decirles a ella para no herir sus sentimientos.  Lo que dije a principio la salida: El legado es ineludible.

Cuando usted sostiene a su propio hijo la primera vez en sus brazos, la experiencia se cauteriza en su memoria para siempre.  En ese momento comprendí, cuando por primera vez tomé en mis brazos a mi hija, y a través de mis lágrimas de alegría observaba su precioso rostro, que el niño que uno cría hasta que se independiza, es totalmente dependiente de usted.  Y todo lo que usted haga desde ese momento en adelante afectará a su hijo.  De modo que convertirse en testigo de Jehová es proporcionarle un legado a su hijo donde él o ella jamás podrá tomar sus propias decisiones.  Cada decisión que se haga en nombre de “la verdad” tendrá muchas consecuencias a largo plazo.  Además, abusar de la confianza de su hijo por convertirlo en testigo de Jehová es imperdonable. Tan duro como esto puede parecerles a muchos al leer esto; yo nunca podré perdonar mis padres por hacerme pasar por esto, que ellos hicieron.  Algunas de las cosas que sufrí se irán a la tumba conmigo.  Asimismo, averiguar después de los hechos que yo pasé por todo esto sólo por una mentira, y para perpetuar el poderío de una organización falsa es igualmente de imperdonable.  La ignorancia no es una excusa.

Hacen sólo unos 5 años mas o menos que finalmente he empezado a recuperarme mentalmente.  En este transcurso fue necesario la ayuda profesional. 

Así que ahora intento seguir como si nada hubiese pasado.  Haciendo las cosas como las personas normales. Y están mejorando.  Tengo mi porción justa de problemas cotidianos pero a diferencia de aquella mente esclava por la Watchtower ahora me enfrento bajo mis propias condiciones.  Uno de los efectos más infortunados al dejar el Watchtower es que virtualmente no tengo ninguna tolerancia hacia alguna religión en lo absoluto.  Sé que hay todavía, algunas personas comprometidas muy decentes intentando hacer bien a la vida de todos usando el mensaje de Cristo.  Espero un día que mi intolerancia mengüe.

Sé que mi historia es algo tenue comparada con algunas de las cosas terribles que otros han pasado, pero también sé que cada persona que cuenta su historia es una menos que sufre en silencio.  He tenido mucha suerte al no pasar por una expulsión, y tampoco tuve que desasociarme simplemente me desvanecí con el pasar de los años.

En cuanto al futuro, permanezco esperanzado que mis padres puedan ver la organización a la que ellos pertenecen tal como es.  Antes que sea demasiado tarde. También espero un día poder reconciliar las diferencias con mi hermano.

El comienzo de la recuperación empieza al conocer que usted no está sólo.

Esta historia me ha tomado bastante tiempo escribirla. Empecé en agosto del 2000 y le he hecho muchas revisiones, actualizaciones y cambios. Hay  tantos incidentes que han venido a mi mente mientras estoy escribiendo.  Me hubiese gustado haberlos escrito todos pero el tiempo no lo permite.  A veces casi no puedo contener mi enojo según los eventos olvidado llegan de forma espontánea a mi mente.  Los sentimientos de dolor, enojo y culpa que he pasado durante una década intentado olvidarme han resurgido.  Pero a pesar de esto, me siento bien haberlo escrito. Si sólo una persona que lea esto se aparta de la Watchtower entonces mi pequeño esfuerzo habrá valido la pena.

Gracias por su lectura. 

Craig 

En alguna parte de Inglaterra, martes 5 de junio de 2001 

Actualización: julio de 2000. 

Mi padre, es decir mí padre real, murió el 29 de marzo de 2002.  Dios mío, esto ha cambiado todo.  No obstante, le contaré todo sobre eso luego.  En una actualización que ha de seguir.

Craig

 

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