HISTORIA DE CHRISTIAN

Hola Archivos de testigos de Jehová,

Aquí está la carta que escribí y les envié aproximadamente a 30 feligreses testigos cuando estaba a punto de ser expulsado. Estaba intentando explicarles en esta carta dos cosas, por qué me marchaba y la causa de mi propio examen de conciencia. Fue el último contacto que tuve con ellos... quería que supieran ambos lados de la historia. Cual resultó, en que copias de esta carta se dispersara en secreto por todos lados durante algún tiempo después que las envié. Pasó casi un año, cuando después me enteré de una familia a quien yo ni siquiera le había enviado la carta. Ellos habían obtenido una copia de mi carta, y comenzaron su propia investigación, querían agradecerme por haberla escrito. Para mí, fue la mejor recompensa por salirme dejando claro mis sentimientos en lugar de marcharme en silencio.

Christian

Estimados xxx,

Aun cuando desearía que nuestro primer contacto en algún tiempo hubiese sido bajo circunstancias más agradables, me temo que esta carta es más seria que una llamada social, ya que es tan dolorosa escribirla como lo será leerla, primero que nada quiero que por favor sepan que es por mi afecto y respeto hacia ustedes lo que me obliga a enviarla, así como los muy altos principios expuestos en la revista La Atalaya del 15 de junio de 1974, Pág. 355 en el cual está mi justificación.

Haber sido criado como testigo de Jehová me ha dado una perspectiva única en su clase sobre el mundo, como así ha sucedido con muchos quienes han sido criados dentro de los testigos. Desde que tenía cinco años, personalmente he predicado de puerta en puerta, haciendo mis propias "presentaciones", comunicándome con personas de todas las religiones, antecedentes y circunstancias. He experimentado de todo, desde en una puerta mi vida ser amenazada hasta ver de primera mano la alegría de alguien sobrecogido al descubrir este volumen maravilloso de verdades conocido como la Biblia. Creo que me ha dado una cantidad excepcional de empatía y entendimiento sobre la mayoría de las personas con quien he tenido contacto. Saben personalmente cuánto siempre me ha fascinado comprender por qué nosotros como personas somos de la manera que somos, y sólo cuando de verdad entendemos a alguien y sus necesidades podemos ayudarles si requiriesen ayuda. Jesucristo, por supuesto, expuso en ese respecto este magnífico ejemplo para nosotros. Otro principio que ha sido inculcado en mí desde pequeño ha sido mi respeto por la verdad ante tantas mentiras en el mundo. A las personas les he predicado toda mi vida que ellos deben tener una mente abierta, que si uno está buscando la verdad, entonces uno encontrará a Dios. Todavía creo que eso es importante.

Después de tener tantos reveses emocionales y financieros este año, he estado reevaluando muchas cosas en mi vida y que sentí las había dado por sentado. Una de esas cosas ha sido mi espiritualidad. Aunque recibí una gran carta de recomendación de W. Woodland Hills, les aclaré a los hermanos aquí que no me emplearan durante algún tiempo para asumir responsabilidad alguna. Durante los años 88-89 los que probablemente han sido mi más activo estilo de vida espiritual que haya tenido, hubo varias cosas que he creído y he enseñado las cuales empezaron a perturbarme. En el pasado, ignoré lo que parecían ser contradicciones y paradojas preocupantes, pero mientras más activo me volví, más me molestaban. Cuando me mudé a Las Vegas por segunda ocasión el pasado abril, siendo que estaba volviendo a empezar en muchas cosas, pensé que éste era el tiempo que por última vez debería responder a estas fastidiosas preguntas, si de hecho es que ellas pudiesen al presente contestarse. No queriendo desanimar a aquellos cerca de mí, sin mencionar, evitar ser señalado como uno quien tiene una “mala actitud", mantuve ocultas estas preocupaciones. He hablado con varios amigos jóvenes testigos en muchas ocasiones sobre por qué somos testigos de Jehová, y las implicaciones de esa posición cual mantenemos firmes y la que asumimos cuando éramos más jóvenes. Hemos discutido la importancia de uno mantenerse activo en la organización, de hacer extensa investigación, y poder hacer una defensa de nuestra fe. Hemos dicho: "¿a quién nos iremos?" (Juan 6:68). Pero una cosa que sólo hemos sacado a colación en una o dos ocasiones, en parte porque parece ser tan inconcebible, es la pregunta: "¿y qué tal si nosotros estamos equivocados?"

En el pasado, esto rápidamente lo hemos echado a un lado, desplegando nuestros volúmenes de literatura y reconfortándonos nosotros mismo, ya que alguien, en alguna parte, en esta organización nos tiene todas las respuestas importantes y ellos deben saber por qué esto tiene que ser sólo "la Verdad". De modo que con satisfacción dependemos de estos hombres viejos en Betel que hagan esa investigación por nosotros, que hagan para nosotros las interpretaciones, que dirijan nuestras vidas, entretanto lo hacen con la Biblia debajo del brazo como su autoridad para hacerlo. Pero girar toda mi vida absolutamente en esta asunción es algo que nunca he contemplado. Por lo menos, estas interrogantes que ahora han surgido en mi vida ha sido en una edad dónde puedo finalmente verla con objetividad y sin emociones, algo que yo no tenía cuando me estaba preparando para bautizarme a la edad de quince años. Esta pregunta: "¿qué es la verdad?" es una pregunta magnánima. Durante toda mi vida estuve absolutamente, positivamente efectivamente seguro que conocía su respuesta. Nunca tuve ni una duda al respecto. Hasta ahora. ¿Por qué? ¿Hay algo mal en mí? ¿Es que soy un orgulloso, y arrogante? ¿Tendré una actitud independiente, busca faltas? ¿Soy un terco, ultrajante, orgulloso y sin ley? ¿Soy culpable de tener un razonamiento egoísta, con ambiciones sospechosas y con pretensiones? ¿Quizá un exigente e impaciente? ¿Después de todo, no son estas las únicas posibles razones por la cual yo incluso podría aun estar considerando que la religión de toda mi vida ya no es el único conducto que Dios utiliza para comunicarse hoy en día con la humanidad? (La Atalaya del 1º de enero de 1982, Págs. 28-9; La Atalaya del 15 de marzo de 1986, Págs. 15-20; léalos y juzguen por ustedes mismos) Perdone el sarcasmo, pero la ironía fue cuando empecé a aumentar mi actividad en el ministerio al finalizar mí escuela secundaria que estos pensamientos perturbadores comenzaron a surgir. Continuamente, en las visitas que daba de seguimiento les imploraba, con estudios, y llamadas iniciales para hacerles reconocer la posibilidad que la religión de ellos de toda su vida no era la correcta. Tengan una mente imparcial, yo les decía. ¡Consideren que podrían tener algo que aprender, y que esas personas que les parecen cómicas conocidas como los testigos de Jehová pueden tener La Verdad! ¿No demostraríamos una actitud humilde cuándo ellos nos respondan con esas mismas súplicas para que nosotros examinemos nuestra religión? Innumerables artículos en La Atalaya tienen artículos apoyando ese argumento. (La Atalaya del 15 de junio de 1974, Pág. 355 +, la revista ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1984, Págs. 3-10, la revista La Atalaya del 15 de enero de 1989, Págs. 3-7) ¡Y nosotros mismos hemos tenido que superar esas mismas objeciones referente a la mente imparcial, tales como: "!No escuchen a los testigos de Jehová, ni incluso por un minuto! ¡La literatura de ellos es veneno; Ellos son una secta; ellos tuercen las escrituras; si usted estudia con ellos, usted estará traicionando a Dios y a Su verdadera Iglesia!” Y cuando nuestras visitas de seguimiento les acrecentaban el valor y convicción para que heréticamente estos examinaran nuestras enseñanzas, y confiaran que la búsqueda de verdad nunca es una cosa destructiva de la fe, que cada esfuerzo por saber y sostener la verdad, que en cambio, habría de fortalecer la base para una fe verdadera, entonces les alabábamos y les animábamos, les reconfortábamos diciéndoles que estaban haciendo lo correcto aunque ellos recibiesen muchos ultrajo y persecución de sus familiares, amigos, y clero. Con fuerte convicción, creo todavía que nunca he hecho nada malo por lo menos convenciéndoles que examinaran nuestra religión, que conocieran los hechos, como son, sobre quiénes éramos, lo que creímos y por qué. He sido criado con un muy arraigado respeto por la verdad y una buena disposición por lo menos para escuchar el punto de vista de los demás, esa luz brillante que está en todos los lados de un argumento nos da un cuadro más claro, más honrado de la situación. Y nada ha infundido esa convicción más en mí que mi experiencia como testigo de Jehová. Sería ser anatema ir en contra de ese principio, que se vincula incluso con la Regla Dorada. Y sin embargo, ahora por primera vez en mi vida veo lo que es estar por decirlo así al "otro lado". He sido advertido por los ancianos y por la propia Sociedad en sus publicaciones que hacer un examen justo de la religión de toda mi vida, para reafirmarme que tengo la Verdad, qué al examinar los argumentos de aquellos quienes, de hecho, pueden afirmar su caso de forma más justa explicando por que se fueron, es herético, y desleal a Dios. ¿Cómo puedo rectificar esta norma de doble vara en mi mente? O, yo podría continuar ignorándola, y pretender que no existe. Simplemente no perder la esperanza que yo estuviera haciendo la cosa correcta, salir en el ministerio por muchas horas a la semana alentando a las personas a trastornar sus vidas volviéndose en testigos de Jehová, o por lo menos pasando cantidades sustanciales de horas estudiando nuestra literatura con nosotros, mientras ciegamente ignorando el hecho que lo que yo les estaba pidiendo que hicieran, yo mismo no estaba dispuesto hacerlo. Hay una palabra para ese tipo de postura, creo. (Mt. 23) Discúlpeme, ¿pero nosotros, no somos los campeones por publicar de forma intrépida normas de doble vara a escala mundial dentro de las organizaciones religiosas?

¿Y qué sobre el evadir a los “apostatas”? ¿Según las pocas escrituras que aluden referente a esa posición, qué es exactamente un apóstata? El contexto de ambas, Primera y Segunda de Juan parece indicar que ellos son “anticristos”. ¿Entonces, qué es un “anticristo”? El libro “Perspicacia...” indica que esto implica a todos aquellos que niegan que "Jesús es el Cristo", y quién niega que Jesús es el Hijo de Dios que vino "en carne". Muchos de aquellos que han dejado por razones de conciencia de ser testigos de Jehová y que nosotros arbitrariamente les llamamos "apóstatas" todavía creen que la Biblia es la Palabra de Dios y que Jesús es el Cristo. Para ser bien exactos, todos podríamos estar de acuerdo que ellos, de hecho, son "apostatas” de la organización Watchtower". Pero esta aplicación por extensión del término “anticristo” a ellos simplemente no parece ser una válida como es descrita en las escrituras ¿verdad? ¡Ya que en tal caso, cualquier organización religiosa sobre la tierra podría emplear el mismo criterio y descritamente por las escrituras para prohibirles a todos sus miembros de tener cualquier relación con nosotros, diciéndoles a cualquiera, digamos, por ejemplo, a un católico que decidiese indagar la verdad fuera de la Iglesia católica que sería un "apóstata" de esa organización, y por consiguiente, un "anticristo" como se habla en Juan! Es más, y qué sobre Romanos 16:18, notando que sólo algo "apóstata" sonaría bueno debido a sus “palabras melosas y habla lisonjera”. Es muy cierto. ¿Pero quién es quién aquí? ¿No podrían esos mismos textos ser aplicados a nosotros? ¿No necesariamente que se deban, pero que se pueden? Lo que quiero decir es, vean a Efesios 4:14. No seria remotamente posible que los testigos de Jehová sean los que son “aventados como por olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los hombres, por medio de astucia en tramar el error“ estoy refiriéndome a todas las predicciones que fallaron, y debido a cada combinación acrobática utilizando escrituras vagamente para apoyar un cierto pensamiento, y por cada enseñanza “falsa” que luego fue “ajustada” para desplegar una “verdad Actual”? ¿De todos modos qué es ese término de “verdad actual”? ¿Qué significa eso? Si alguna vez un término sonó Orwelliano, ese es uno. Ciertamente en la Biblia no se usa de la manera que nosotros pretendemos demostrarlo. Sin embargo, nosotros lo utilizamos con una frecuencia sorprendente. (Recuerdan cuántas veces afloró en la Convención Distrito este año, sobre todo el sábado en la tarde.)

Cuando tenía catorce años, recuerdo leer una revista Time Magazine que contenía un artículo de Raymond Franz, y después de un año de “Sin comentarios”, él finalmente estaba hablando con la prensa sobre por qué él renunció como miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová y un año después fue expulsado como una apóstata después de estar casi cincuenta años a su servicio a tiempo completo, incluyendo nueve años en el Cuerpo Gobernante. Recuerdo que me preguntaba, ¿por qué un miembro del Cuerpo Gobernante dejaría a la única verdadera organización de Jehová? (Como ustedes saben, entre los testigos de Jehová, siempre ha habido un aire místico y de misterio sobre estos hombres quienes sirven en tales posiciones importantes.) ¿Él, estaba loco? ¿Él quería morir? Sobre todo él, como miembro de la “Clase” del Esclavo Fiel, conocería por qué esta organización tenía que tener la verdad ¿correcto? ¿En tal caso, qué, lo sabía él? ¡Y luego entonces comenzaron a llegar las “explicaciones”! No directamente en las publicaciones de la Watchtower, sino sólo a través de rumores: que él era un orgulloso, arrogante, se creía demasiado. ¿Toda clase de rumores sin fundamento, pues se tenía que justificar su salida y que no se averiguara las verdaderas razones del porqué, ¿correcto? Con todos los demás paralelos en la Biblia, allí también tenía que haber un “Judas” para nuestros tiempos, ¿y porqué allí no? Así que me olvidé de eso. Hasta hace aproximadamente seis meses. Recuerdo que pensé: “He sido un perezoso y necio. En mi vida he dado mucho por sentado, confiando en personas quiénes no debo haber confiado únicamente porque ellos tienen la posición que tienen”. Pero ya no puedo mas seguir abdicando mi responsabilidad por las cosas que necesito íntegramente investigar. Esto tiene que detenerse.

El aquí mencionado anterior miembro del Cuerpo Gobernante escribió un libro llamado “Crisis de Conciencia” en 1983. En el mismo, él presenta el lado de la historia que nosotros nunca hemos escuchado, sobre por qué él dejó la organización de la Watchtower, y para sorpresa mía, trata con muchas de las mismas preguntas y problemas que yo he tenido, lo que me han enseñado y me han perturbado. Y trae a colación otros asuntos que incluso nunca había considerado. Lo extraño, es que él no parece estar amargado. Esto realmente no se trata de ninguna "diatriba de 450 años de un esclavo de la Watchtower". No obstante, las observaciones que él hizo, la documentación y datos que él relaciona, incluyendo la revelación de las normas de doble vara e hipocresía dentro de las políticas de la organización, y errores doctrinales mayores dónde la Watchtower se han desviado de la Biblia, me parece a mí ser exactos, razonables e irrefutables. La pregunta es, ¿ Qué tal si él tiene razón? Por lo que puedo ver después de meses de investigación de varias fuentes, el factor más importante es este: Si el año 1914 no tiene la importancia que la Sociedad Watchtower le atribuye, entonces todo lo demás se derrumba, incluyendo la necesidad absoluta de verlos a ellos como líderes espirituales. Si el 1914 no fue el año que Jesús fue establecido como el Rey en el cielo, entonces él no escogió a la Sociedad Watch Tower como su “esclavo fiel” en ese año, ni en el 1919, como ellos así enseñan. Si ellos no fueron escogidos en ese momento, entonces ellos fueron tremendamente presuntuosos al decir que ellos eran ese “esclavo” sin serlo. O, cuándo ellos asumen posiciones de doctrinas sobre materias que no están explícita en la Biblia y luego posteriormente tienen que cambiar su posición debido a la “nueva luz”, en tal caso realmente ellos no “han esperado en Jehová” puesto que ellos asumieron una posición de forma impertinente de algo que en primer lugar jamás y nunca se debió haber asumido. Ellos podrían ser un cuerpo gobernante de hombres imperfectos quienes reclaman el derecho de hablar a nombre de Jehová cuando en primer lugar Jehová nunca le ha dado ese derecho, y menos aún la “nueva luz” que ellos reclaman que de algún modo exclusivamente reciben. Y algo más que descubrí en mi investigación: varias enseñanzas y doctrinas que la Sociedad ha sostenido a lo largo de su existencia las han tenido que cambiar, en su mayoría siempre por razones políticas, no “bíblicas”. Cuando digo políticas, quiero decir, que una posición antigua fue cambiada para escaparse de un dilema que han presentido porque simplemente los hechos se hicieron demasiado obvios para poder sostener la “antigua luz” como algo creíble, y por consiguiente, tuvo que ser cambiado para evitar el bochornazo, o porque les era beneficioso de alguna manera. Aquí no se trata de una hermandad humilde que busca respuestas, y que admite sus errores e intenta entonces corregirlos, puesto que cuando la Sociedad asume una posición donde algunas personas debido a su conciencia no pueden aceptarla, a esas personas se le etiquetan como “murmuradores, rebeldes, y presuntuosos”. Ellos tienen que ser expulsados, separados de sus amigos y familiares porque ellos no pudieron creer como un “hecho” lo que la Sociedad enseñó, aun cuando esa enseñanza no tenga ninguna base sólida verdaderamente bíblica. ¿Un buen ejemplo? el 1914.

De hecho, existe una cantidad abrumadora de evidencia en contra del argumento que Jesús llegó en 1914, y que apresuradamente el Cuerpo Gobernante suprimió para finales del 1970. Esta evidencia que fue suprimida (investigada por un anciano precursor de Suecia y quien la envió a la Sociedad) fue uno de los catalizadores principales para Raymond Franz (quién escribió la sección de “Cronología” en el libro “Ayuda...") y para varios de los más altos cabecillas quienes dejaron la organización en el 1980. Esta información se ha publicado como: “The Gentile Times Reconsidered” [‘Los Tiempos de los Gentiles Reconsiderados’] (Commentary Press, Atlanta, GA.) esta evidencia documentada simplemente barre todo lo que yo haya leído alguna vez por la Sociedad relacionado a este asunto. Mi pregunta es ¿por qué la Sociedad se sintió tan amenazada (¿?) por esta información, una que inclusive ellos no se atrevieron debatirla frente a frente con sus propios argumentos, sino que le enviaron cartas a este hermano simplemente implorándole que “humildemente esperara en Jehová”, en lugar de estar “vanidosamente” investigando él sólo? Ahora, si esta investigación es tan exacta como está documentada, entonces Jesús no llegó en el 1914, y por consiguiente, nunca nombró ningún “esclavo” tres años y medio después. ¿Por qué el Cuerpo Gobernante, en lugar de estar condenando a este hermano por “adelantarse” no examinó abiertamente esta evidencia y entonces se impugnaran sus motivos? Yo mismo quedé bastante perplejo, pero al parecer las razones fueron bastante sólidas ya que allá en Betel casi cincuenta personas de diferentes rangos se salieron en el 1980.

Obviamente no puedo presentar la evidencia aquí en esta carta; tomaría literalmente cientos de páginas, pero le diré mis conclusiones después de una cuidadosa consideración de los hechos disponibles:

La Sociedad basa la fecha del 1914 en la fecha del 607 a.C.., el año que ellos reclaman que Nabucodonosor desoló a Jerusalén y comenzaron los “Tiempos de los Gentiles de las Naciones”. Pero la sobreabundante evidencia señala una fecha 20 años después, el 587 a.C. Literalmente hay miles de archivos documentados del período neobabilónico que prueban al 587 como la fecha correcta. Virtualmente habría tomado una conspiración de parte de centenares de escribas y hombres de negocios de las tres naciones enemigas Babilonia, Asiría, y Egipto sin ningún aparente motivo para “ocultar” el 607 como la fecha correcta. Te advierto, estos hechos históricos no desacuerdan con la Biblia; sin embargo la interpretación de las profecías bíblicas por la Sociedad si entra en conflicto. Ellos están intentando forzar una fecha en un molde que no encaja, intentando causar dudas sobre la fiabilidad de esta evidencia, tal como reclamar que a menudo los reyes alteraban la historia para hacerse ver bien, o que la evidencia real es una “escasa”; lamentablemente la Sociedad nunca señala que el período de los tiempos neobabilónicos es considerado por los historiadores ser uno de los períodos más fiables, bien documentado en la historia, afirmando que los escribas babilónicos eran muy francos sobre sus derrotas así como sus victorias, y nos dejaron archivos bien claros en miles de tablillas cuneiformes que verifican todas estas cosas. La verdad es que hay varias líneas independientes de fuerte evidencia, que apoyan el 587 como la fecha correcta, y que la profecía de los “setenta años” en Jeremías era una de servidumbre, no de desolación, pero el tiempo y espacio no me permiten elaborar aquí.

¿Así que, aun cuando la cronología fundamental estuviese equivocada, no podríamos por lo menos dejarnos llevar por la “señal” que Jesús dio acerca de los últimos días? ¿No era el 1914 el punto decisivo para las condiciones mundiales, así como Jesús predijo? ¿No hemos visto más guerras, hambres, pestilencias, y terremotos, por nombrar algunos, que en cualquier otro momento desde Cristo para acá? Toda mi vida yo había dado por sentado que las cosas estaban más peores ahora que antes en la vida, lo que leía en las publicaciones de la Watchtower se verificaba por cualquiera que observase los eventos mundiales. Sin embargo, quedé asombrado al descubrir, que realmente se me había informado muy mal. ¿Sabía usted que han habido significativamente menos hambres y pestilencias en este siglo a escala global que en cualquier otro tiempo desde Cristo? ¿También sabía usted que los terremotos y sus muertes por cápita realmente han disminuido levemente desde el 1914 comparado con los siglos anteriores, y que ningún sismólogo honrado en este mundo ha reclamado que los terremotos han aumentado en este siglo? ¿Asimismo está usted consciente que la Primera Guerra Mundial no fue la primera guerra mundial? Ni tampoco fue la primera guerra “total”, como así reclama la Sociedad. Los historiadores dicen que la primera guerra mundial ocurrió en el siglo dieciocho, y fue seguida en ese mismo siglo por tres guerras mundiales más, las cuales involucraron más naciones y más muertes que la Primera Guerra Mundial, la cual es considerada por la mayoría haber sido realmente una guerra europea que una guerra mundial. Sin embargo, lo que es verdaderamente asombroso, es, hasta donde los escritores de la Watchtower han llegado para mantener esta información oculta, presentando solamente “evidencia” que les ayude a apoyar lo que ellos reclaman, y de hecho presentan la información de tal forma que aparente ser otra cosa que lo que realmente es. Pero esto es meramente una muestra de la evidencia en contra de la idea que las cosas están ahora peores que nunca antes en la vida.

Si hemos de interpretar las profecías de Jesús como que éstas cosas serían parte de una “señal” compuesta, en tal caso definitivamente no estamos viviendo en esa “generación”. Ahora si de verdad tenemos en cuenta la advertencia de Jesús en Lucas 21:8, no seguiremos aquellos que reclaman que “el debido tiempo se ha acercado” cuando de antemano eso no ha de ser conocido, y aunque las guerras, hambres, falsos cristos (o posiblemente por extensión, personas que reclaman representar a Cristo), etc., vengan y se vayan, no se alarmen —¡ésta no es la señal! Con la excepción de la Sociedad Watchtower, Billy Graham (quién escribió {en inglés}: “Se Acercan a Galope... ”) y Hal Lindsay (quién escribió: "La Agonía del Gran Planeta Tierra) casi ningún célebre comentarista bíblico cree que Jesús estaba diciendo que éstas cosas serían la “señal” de la venida de Jesús. Una lectura más íntima de ese capítulo en Lucas, y de su paralelo en Mateo revelan algo enteramente distinto.

Por lo tanto, si ambos, la cronología y los cálculos de los eventos mundiales por la Sociedad Watchtower son inexactos, entonces ¿qué puede decirse del 1914 y su importancia? De modo que, precisamente por lo que he visto y escuchado, ya no puedo creer que el 1914 es lo que la Sociedad Watchtower reclama que es. Y por esta razón, un acción judicial entró en efecto hacen unos días para que se me expulsase la próxima semana. (Interesantemente, la Sociedad enseñó durante casi 50 años hasta casi el 1930 que la fecha cuando vino Cristo y empezó a gobernar y el comienzo de los “últimos días”: ¡fue en el 1874, y no en 1914!) Los ancianos hasta ahora han titubeado en cuanto a tomar acción porque he sido bien franco con ellos en cuanto a lo que he leído y no he intentado ser “subversivo” en la congregación con las mentes más “débiles”. Le pregunté categóricamente al superintendente que estaba presidiendo delante de mis padres y mi hermana Kelly en una reciente visita de “estímulo” familiar si yo pudiese ser expulsado por simplemente no creer en la importancia del 1914 y en la posición de la Sociedad que es el “Esclavo Fiel”, aunque no compartiese mis escepticismos con nadie. Él me dijo que soy una amenaza potencial para la salud de la congregación y su “limpieza”, y que, sí, yo podría ser expulsado por persistir creyendo ideas “apostatas”. (¿Desde cuándo pecar “potencialmente” ha sido una justificación bíblica para una expulsión?) Entonces él amablemente me agradeció mi honestidad, franqueza y cooperación con los ancianos hasta ahora. ¡Esto está poniéndose muy anómalo!

De hecho, la mayoría de los testigos conocen muy poco sobre los verdaderos orígenes de nuestro movimiento y su desarrollo. La Watchtower en verdad ha vuelto a redactar mucha de su propia historia expresando las cosas de cierta manera u omitiendo ciertos hechos que agregarían toda una nueva luz a una situación. Creciendo como testigo, sé el poder e importancia de cómo frasear una pregunta, cómo articularla de tal manera que saque una respuesta diferente de lo que claramente tiene en cuenta una lectura bíblica. Yo he hecho esto toda mi vida para apoyar cualquier cosa que estuviese en los párrafos de los muchos coloridos libros que nos apegamos como lapas en nuestros estudios de la “Biblia”. ¿Algunas conclusiones?

Realmente, cuando surgió la pregunta de los dos mandamientos más grandes, Jesús respondió diciendo que el amor a Dios y al prójimo debe ser considerado primarios. Efectivamente, “de estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas”. Jesús estaba intentando enseñarles a las personas cómo amar, y toda la paciencia y tolerancia que el verdadero amor permite, que cada “profeta” después fue comisionado desde entonces para esa consideración. ¿De hecho, Pablo, en su primera carta a los Corintios no declara que: “El conocimiento hincha, pero el amor edifica”? Estas consideraciones han hecho que lo escrito en Mateo 11:25 para mí sea tan interesante. ¿Jesús, estaba buscando personas que pudiesen descifrar intricas profecías para discernir cuándo Él volvería y ganarse ese “conocimiento” especial que sólo ellos tendrían, o Él estaba buscando personas, que ejemplificaran lo mejor que pudiesen verdadero amor y compasión en sus vidas, que no fuese algo fingido, sino algo real en sus vidas, como personas, determinado si ellos eran parte de la manada de Jesús? Honestamente no pienso de mí mismo que soy un “intelectual” cuando se trata de las cosas espirituales. Pero como Pablo, mi conocimiento es bastante “parcial”, aunque algún día será “completo”. (1ª Co.13:8-13) Aunque sé que el amor “todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta.” De modo que, en lugar de que el “conocimiento” sea la señal identificando los verdaderos seguidores de Jesús, me conforto por las Escrituras cual indica que algo mucho más seguro y maravilloso, es la “señal” —el amor. Y dondequiera que estén dos o tres reunidos en el nombre de Jesús, allí está él. Esto no lo digo para minimizar lo que las escrituras enfatizan como "conocimiento exacto", sino para denotar que hay muchas cosas que no están en lo que declaran explícitamente las escrituras, y que se le llama “verdad” que debe ser considerado como especulación y no "verdad presente", ya que podrían alguna vez en el futuro alterarse por hombres imperfectos.

Siento un gran sentido de alivio poder tener dominio de estas cosas. De hecho, Ray Franz me escribió una muy cariñosa, confortante carta, animándome a que pesase cuidadosamente mis decisiones y no me apresurase ‘a abandonar la organización’ sin honestamente evaluar toda la evidencia de ambos lados, y en primer lugar estar seguro que mis motivos eran los correctos para hacer dicho examen. ¿Tiene sentido verdad? ¿O, es que no hay posibilidad alguna que él no sea “el esclavo malo” y que no estoy siendo “seducido” debido algún motivo egoísta de parte de ambos? ¿Debo seguir ese consejo? Todavía ninguno de mis seres amados me ha respondido de otra manera que no sea con apelaciones de “lealtad” o la irrisión de “la deslealtad hacia la organización”. ¿Porqué han de echarme la culpa por sentirme un poco frustrado debido a todas las preguntas que no me han respondido? Por favor, permítame también hacer énfasis que no estoy intentando asumir una “actitud” o ser “arrogante” en absoluto. Realmente quiero ser sensible en cuanto a esto; ¿Cómo puedo hacer estas preguntas y no-verme como arrogante ante aquellos que no pueden llegar a comprender que Dios no puede tener una autoridad religiosa estructural sobre la tierra al presente?

Como testigo de Jehová se me ha enseñado, que no me quede callado cuándo se trata de revelarle a las personas lo que yo veo como hipocresía en sus religiones, y pedirles que equitativamente examinen la evidencia (la revista La Atalaya del 15 de junio de 1974). Sé que usted podría decirme, al igual que la Sociedad, que simplemente “debo esperar en Jehová, es decir, en el ‘esclavo fiel’”, pero, de nuevo, si su cronología está equivocada, entonces no tienen ningún derecho de pedirme confiar en ellos, puesto que ellos podrían ser los que están violando a Lucas 21:8. Esto realmente es algo que no debe ser tomado a la ligera; millones de personas confían en su guía espiritual esto viniendo de una organización que realmente puede estar muy equivocada. Lo que quiero decir es, ¿ustedes, alguna vez en la vida personalmente han investigado algunos de los supuestos alegatos que ellos hacen en algún otro medio que no sean las publicaciones de la Sociedad? Algunos testigos han llegado a tener el valor para tomar esa acción, y lo que han encontrado es realmente devastador. Pero no tienen que creerme a mí; ustedes deben vivir su propia vida y tomar sus propias decisiones. Cualquiera puede escoger no mirar la evidencia en lo absoluto; de hecho, quien lo haga será responsable de ser “expulsado” si es que se aventuran, además de recibir gran presión personal, familiar, y la congregación quienes insistirán se está traicionando a Dios y su Verdadera iglesia, sin embargo, no creo personalmente que el Dios de Justicia y Legitimidad se oponga a que se haga este tipo de honesta, abierta investigación si el propósito de uno es obtener la verdad y la gloria de Dios. ¿Si surgiere nueva evidencia incluso después que alguien haya tomado una posición firme, el orgullo u obstinación le impedirían a esa persona reevaluar las cosas? (Vea el Capítulo 3, del libro: Vivir Para siempre... ) ¿Dios, condenaría a una persona por asumir una posición humilde en asuntos como estos, pero que no presuma que tienen que estar correcto, no importando qué otra evidencia se presente?

Si bien, debo señalar que la cosa más descorazonadora sobre todo este giro de eventos ha sido la total y completa apatía de aquellos en quienes yo más confiaba espiritualmente y respetaba. La frustración que había conocido durante años cuando personas en sus puertas rápidamente me callaban y me despedían incluso antes de escuchar lo que yo tuviese que decirles de algún valor posible, esto se amplificó cien veces cuando con gran preocupación fui donde las personas quienes yo sentía eran verdaderamente honestos buscadores de verdad, para preguntarles sobre esta nueva información que había descubierto, cual proveía toda una nueva perspectiva en las cosas, e incluso su negativa subsiguiente para mirarla.

No podría creer el paralizante terror dominante que agobió mi familia, a un par de amigos “maduros” espiritualmente, y unos cuantos ancianos cuando intenté conseguir que ellos considerasen esta información sobre la importancia real (o la falta de la misma) del 1914. Me suponía que ellos iban a tener la misma mente abierta en cuanto a esta nueva evidencia que deseamos tan ansiosamente que tuviesen las familias quienes nos encontrábamos de puerta en puerta. Les advierto, nunca aun en la organización he “adornado” las cosas, a menudo me consideraban como una clase de modelo del papel espiritual para la juventud en la congregación. Por eso me figuraba que podría tener un poco de credibilidad aunque fuese tan sólo con una de estas personas, sin tener que despotricar ni delirar, suplicar o rogar; ¡que alguien escuchase aunque fuese la posibilidad que hemos estados equivocados todos estos años!

Bueno, yo les puedo entender; también tuve ese mismo terror dominante de serle desleal a Jehová al considerar algo “apóstata”, que de aún físicamente tocar estos libros “apostatas” causaría que Jehová me enviase directo al Gehena. Mirándolo de este punto aventajado, me parece descaradamente supersticioso (me refiero, a la sugerencia por casi todos, incluyendo un anciano, que inmediatamente “quemase” estos libros, supongo que es para proporcionar el mismo sentimiento confortante que les daba aquellos quienes una vez en la antigua Salem quemaron las brujas). A mí me parece que los testigos de Jehová deben vivir paradójicamente; por un lado, nosotros a menudo luchamos por la libertad religiosa, indagando en contra de la persecución religiosa, reclamamos que la búsqueda de la verdad frente a las mentiras ha de ser uno de los más altos llamados por el cual un cristiano debería luchar, denunciamos mucha hipocresía religiosa, y pregonamos que el amor entre los testigos de Jehová es el más puro y el más parecido al de Cristo disponible, mientras que por otro lado pisoteamos éstos mismos ideales, principios, y valores cuando ellos se convierten en algo inoportuno o nos son políticamente indeseables. Esta situación, en sí, no es lo único asombroso. ¡Lo que me mantiene en un estado constante de asombro es cómo tantas personas aparentemente inteligentes, lógicas, sensibles y amorosas pueden permanecer totalmente apáticas al hecho que éstas son ciertamente normas de doble vara! Lo que quiero decir es, que inclusive aun cuando yo era fiel a las posturas de la Watch Tower y les fabricaba excusas por alguna contradicción o falta de equidad, estaba consciente de lo que estaba transcurriendo; aunque en ese momento mi razonamiento era no permitir que estas cosas me hicieran “tropezar”, o lo que vocean habitualmente.

Honestamente no pienso que puedo quedarme siendo un testigo, aun cuando ellos me tolerasen. Habiendo pasado toda mi vida diciéndoles a otros que ellos deben “salirse” de la religión falsa, encuentro difícil justificar quedarme en una organización que sé es falsa y pretender ser alguien o algo que no soy. Los temas de integridad hacia Dios, la honestidad, franqueza, amor y misericordia son más importantes que mi propio consuelo social o emocional. Me siento mucho más tolerante hacia otras religiones, aun las que son iguales o más impuras que esta. Aunque no pienso que realmente haya una organización allá afuera que me sintiese cómodo allí, puesto que siempre me parecen sospechosas, incluyendo ahora la Sociedad Watchtower. La Biblia está verdaderamente correcta cuando dice que el hombre rige al hombre para su propia destrucción, no sólo políticamente, pero religiosamente también. Tan difícil como será emocionalmente (me he estado preparando para esto), sé que hay vida afuera de la organización Watch Tower. Ahora aprenderé lo que significa una verdadera relación personal con Jehová y Jesús, sin la intervención sutil sacerdotal de unos cuantos selectos hombres imperfectos. En los muchos rostros de centenares de personas “mundanas” que tuve la oportunidad de hablar en sus puertas o informalmente, vi una genuina preocupación por el bienestar de sus prójimos, y un verdadero aprecio por la honestidad y verdad, y quienes vivían sus vidas como “mejor” han podido, o hayan pensado que han podido, no importando cuán equivocados pensé que ellos estaban en aquel momento. A esos eran siempre los más difíciles para decirles adiós, ya que me sentía atraído hacia ellos, los veía como “mansos”, y pensaba qué pérdida absurda era que ellos estuviesen “cegados” y serian destruidos en el Armagedón ya que ellos no se convirtieron en testigos de Jehová. Según las enseñanzas de la Watch Tower, ellos son unos “desleales" puesto que obviamente Jehová no los estaba atrayendo para aceptar nuestras publicaciones acompañadas por el “estudio de la Biblia”. (La Atalaya del 1º de marzo de 1982) Intelectualmente y emocionalmente, eso nunca me parecía ser correcto, según lo que puedo recordar, y creo que ese dilema fue la chispa que eventualmente me llevó a mi punto-de-decisión esto un poco más tarde. Por consiguiente, la abrumadora evidencia en contra del 1914 y la Sociedad Watchtower que no es el “esclavo fiel” fue el catalizador para la fruición de mi decisión de no apelar la decisión de los ancianos para expulsarme la próxima semana.

Créanme, casi cada pregunta que entre en su cabeza la he hecho, cada “razonamiento” de la Sociedad en cuanto a estas materias las he considerado cuidadosamente, y aún así he encontrado mejores y más bíblicas respuestas de lo que reclama la Sociedad ser “comprensión” correcta. Investigue las cosas por ustedes mismos y probablemente llegarán a las mismas conclusiones. Pegado a mi tablón de anuncios en mi cuarto, tengo una cita que recorté hacen muchos años de una revista local. La cita, por un hombre llamado Whately lee: “una cosa es desear tener la verdad a nuestro lado, y otra cosa es desear sinceramente estar en el lado de la verdad.”

¿En cuál lado estamos?

Todo mi amor y las bendiciones de Jehová sean con ustedes y sus familias. Estoy enviándoles esta carta porque siento la obligación de dar a conocer mis razones por el cual no he de protestar esta expulsión. Extrañaré su amistad y tengo la esperanza que reconozcan que cada persona es responsable de su propio curso de vida, uno no puede culpar a nadie porque lo engañaron puesto que todos escogemos cuál camino hemos de seguir. Si se trata de algo más de lo que la Palabra de Dios nos indica, entonces realmente nos hemos perdido la verdadera libertad cristiana.

Un saludo caluroso,

Christian

 

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